Ahora que lo pienso, que raro, yo pensando
Las 9:00 am del miércoles, y no tendré mejor cosa que hacer que escuchar a una profesora hablar sobre las paranoyas que nos montamos cada uno en nuestra cabeza, y joder, que lento que avanza el reloj...
Odio aburrirme, por que eso y deprimirme en mi caso van de la mano.
¿Acaso no lo es en saber que mientras tu no estas plenamente feliz, miles de parejas anda follando, riendo, contándose mentiras el uno hacia el otro o de la mano por alguna calle de la ciudad?. Nadie encontrará en esta vida todo el cariño que debería. Que asco y a la vez injusto. Unos tan felices y yo aquí esperando un simple ''hola'' suyo, o alguien que me saque de esta rutina tan banal.
Y es que, llamadme egoísta, pero la felicidad ajena no hace mas feliz a las personas ambiciosas como lo soy yo.
Así esta el panorama ultimamente, y lo cierto es que darle vueltas no sirve de mucho. Los dias se tiñen de gris oscuro mas bien tirando a turbio, siempre falta algo, algún detalle, algún acontecimiento, algo nuevo, algun momento especial por recordar, alguna sonrisa de mas,
Y es que hay dias que me siento tan pequeña que tu corazón me sabe a rascielos, y llego tarde, llego tarde al piso mas alto rozando el ultimo escalón, cuando todos ya se van, y vuelvo con ellos pero con menos recuerdos...
¿Y que curioso es verdad? la mente humana es maravillosa, aprende a funcionar cuando naces y no se detiene hasta que te enamoras. Y es que ahora escuchadme bien, por que por muy raro que parezca, el amor nos jode y nos mata mas que cualquier arma.
Te destroza como nada al mínimo intento y al mejor resultado, por parte ademas ¡Que falta de educación la tuya! romper algo y te vas sin arreglarlo, y aquí es donde me jodo yo, o mas bien me jodes como siempre se te dio.
Ahora ando bagando por medio mundo, buscando un arquitecto que sepa armar lo que tu en su día rompiste, quizás encuentre uno mas caro y cabrón que el anterior, y encima con cemento de segunda mano.
En fin, tanta vida en tan poca yo, tanto dolor, tanto café para calentar lo que en su día no estuvo tan frío y fíjate, aun sigo respirando
Alicia Outeiral